
La falta de metros y la escasez de luz natural son dos buenas razones para aguzar el ingenio y recurrir a soluciones que nos ayuden a ganar sensación de amplitud y luminosidad en nuestra cocina: desde instalar puertas de cristal o muros de pavés hasta integrar la terraza o recurrir a claraboyas y tragaluces.
Pero ¿qué pasa cuando no queremos meternos en una reforma integral? Para esos casos también hay ideas decorativas y propuestas de distribución perfectas para conseguirlo.
¿Quieres saber cómo? Sigue leyendo
El blanco, protagonista
Opta por un “total White” para iluminar la cocina. Escoger los muebles, la encimera y los revestimientos en color blanco, el color luminoso por excelencia es, sin duda, la forma más fácil de lograr que tu cocina parezca otra.
Cambiar los revestimientos por nuevas baldosas en acabado brillante, sí implica una pequeña obra, pero renovar las puertas de los armarios o sustituir la encimera por una nueva, son cambios exprés que se pueden llevar a cabo sin necesidad de reformas. Otra buena idea es alternar los armarios altos con vitrinas de cristal translúcido. Una forma sencilla de ganar luz en la cocina.

Foto: Cuines Fernández

Tejidos para matizar la luz
A la hora de vestir las ventanas de tu cocina, escoge estores de screen, un tejido técnico de última generación, compuesto de filamentos de PVC o poliéster y fibra de vidrio, que aporta privacidad y discreción y permite aprovechar al máximo la entrada de luz natural, pero no el calor ni los rayos UV. Proporciona entre un 50% y un 10% más de luz que un estor convencional. De esta forma conseguirás iluminar la cocina sin perder intimidad.
Electrodomésticos integrables
Si estás pensado en cambiar los electrodomésticos de tu cocina, recuerda que el acero inoxidable es un acabado perfecto para reflejar la luz. Si los muebles de tu cocina son blancos o de una tonalidad clara, también puedes optar por escoger electrodomésticos integrables como los de NEFF y camuflarlos tras una puerta en el mismo color que el resto del mobiliario.
El suelo, de un color claro
Existen muchas opciones que permitirán estrenar suelo sin necesidad de retirar el pavimento original. Entre ellas, las tarimas flotantes que se instalan con perfiles machihembrados que encajan entre sí; el microcemento y los suelos vinílicos, que imitan madera, piedra, hormigón o baldosas hidráulicas. Sea cual sea la opción que elijas, opta por tonos claros para reflejar la luz en la cocina.


Estudia la iluminación artificial
Un truco para ganar amplitud y disfrutar de una buena iluminación es combinar distintos tipos de iluminación –general, puntual y de ambiente– para homogeneizar espacios. Ten en cuenta que cuando la luz llega de diferentes planos, el espacio parece mayor y se reduce la posibilidad de que queden zonas con sombras extrañas. Por otra parte, una buena iluminación es imprescindible en el espacio de trabajo e indispensable para crear un entorno acogedor.
Las luces de bajo consumo o led son idóneas para iluminar la cocina y se recomienda instalar una por cada metro cuadrado.
Sin duda, una cocina bien iluminada gana mucho y, como ves, lograrlo sin tener que realizar grandes obras no tiene por qué ser una misión imposible.
Te puede interesar…




