
Cuando organizamos una comida o una cena en casa, queremos ser siempre los mejores anfitriones. Cada vez es más habitual que alguno de nuestros invitados padezca alguna intolerancia o alergia alimentaria, y esto es algo que siempre nos inquieta.
Nuestro Chef NEFF nos ayuda a diferenciarlas y nos da algunos consejos para tener siempre la situación bajo control, y que tanto la experiencia gastronómica como la velada, sean todo un éxito.
Cada día avanzamos más en todos los frentes con la intención de mejorar nuestra calidad de vida, y sobre todo en nuestra alimentación.
Puede dar la impresión de que nos estamos haciendo más sensibles, pero es que es imposible no hacerlo con toda la información que recibimos. Constantemente nos están informando de lo que es más adecuado para nuestra piel, nuestro cabello, cómo quemar grasa, prevenir el cansancio…, cuáles son los probióticos que nos ayudan a digerir mejor, qué alimentos contienen más proteínas para definir y ganar volumen muscular…, y super alimentos con super propiedades, que por ponerle una nota de humor, parecen más bien la comida de cualquier Super Héroe.


En cualquier acontecimiento social en el que haya comida, es cada vez más común que entre los asistentes haya diversas intolerancias: a la lactosa, los frutos secos, o el marisco, por ejemplo.
Hoy en día se calcula que el 1% de la población es celiaca, aunque muchos de ellos, no saben que lo son. La celiaquía, conocida erróneamente como la «intoleracia al gluten», es una enfermedad autoinmune, que se da en personas predispuestas genéticamente. Por otro lado, las alergias alimentarias afectan al 2% de la población, aunque 1 de cada 3 personas crea tener alguna debido a intoxicaciones, aversión psicológica a algún alimento o a alguna intolerancia ocasional.
Lo cierto es que echando la vista atrás, cuando éramos pequeños, era muy raro que en el colegio, o en las celebraciones, alguien tuviera ese tipo de trastornos. Sin embargo, lo que está claro, es que siempre estuvieron ahí. Simplemente decíamos que un alimento en concreto nos sentaba mal, y evitábamos tomarlo, cuando probablemente se trataba de una intolerancia.
Conviene diferenciar claramente entre intolerancia y alergia.
Una intolerancia es cuando el organismo no puede digerir un alimento o uno de sus componentes. Puede deberse a un defecto de alguna encima encargada de metabolizar el alimento, a una alteración farmacológica o a otras causas desconocidas. Las más comunes son la intolerancia a la lactosa y al gluten y los síntomas pueden ser náuseas, vómitos, dolor abdominal o diarrea.
Sin embargo, la alergia es una respuesta inmune exagerada del organismo cuando entra en contacto con el alérgeno. El alérgeno es la proteina del alimento causante de provocar unas reacciones en cadena en el sistema inmunológico, que pueden ser desde una urticaria, erupción o eccemas, inflamación de la cara, los labios, la lengua…, dificultad respiratoria, vómitos, dolor abdominal hasta un shock anafiláctico, que es la reacción más grave que puede producirse, llegando incluso a provocar la muerte.
Los alérgenos más comunes son la leche de vaca, el trigo, los huevos, la soja, la fruta, los frutos secos y el marisco.


Para las personas que padecen estas alergias, se recomienda llevar siempre consigo adrenalina para inyectar en caso de tener una reacción de este tipo, y contrarrestar así el efecto del shock anafiláctico. No obstante, tampoco es necesario ponerse muy alarmista. Es cierto que cuando somos los anfitriones en nuestra casa y tenemos invitados a comer o cenar, no estamos libres de que a alguno de ellos pueda ocurrirle algo así, pero para evitarlo, solo tenemos que tomar las medidas oportunas y preguntar antes a nuestros invitados si alguno de ellos tiene alguna intolerancia o alergia, evitando así cualquier incidente.
Esto sería lo primero que tendríamos que hacer para poder planificar nuestro menú y la compra de todos los ingredientes que necesitamos, puesto que alguna vez podríamos necesitar algún alimento procesado y tendremos que revisar antes el etiquetado para comprobar que no contenga ninguno de estos alérgenos.
A veces la cosa se complica como por ejemplo cuando intervienen varias manos a la hora de elaborar el menú o cuando es necesario preparar alguna receta aparte para uno de nuestros invitados con alguna alergia o intolerancia.
En estos casos, si se trata de una alergia severa, es muy importante extremar los cuidados y no utilizar utensilios como tablas, cuchillos, cucharas, batidoras o platos compartidos para elaborar los diferentes menús. De esta manera evitaremos lo que se llama contaminación cruzada, que es lo que ocurre cuando se contamina una elaboración o un producto concreto de una sustancia que no lleva ese plato, pero que al prepararlo en un mismo recipiente, ha ido a parar ahí.

Otro aspecto muy importante si vamos a consumir alimentos crudos como carnes o verduras, es conservarlos a la temperatura adecuada, y para ello, debemos ser cuidadosos y no romper la cadena del frío. Aquí, es fundamental pues el frigorífico, que mantiene los alimentos a una temperatura baja y constante en su interior.
En el caso de que alguno de los platos de nuestro menú necesite ser cocinado en el horno, lo que haremos será colocar los productos sin gluten en la bandeja superior, y el resto en la inferior. De esta manera evitaremos la contaminación cruzada en el caso de desborde de algún alimento.
Para ir sobre seguro, es muy importante planificar bien. Preguntar con tiempo a todos nuestros invitados y asegurarnos así de que todos disfrutaremos de un gran momento, tanto nuestro invitado, al no sentirse excluido por no poder comer alguna de nuestras elaboraciones, como nosotros, los anfitriones, que estaremos tranquilos de saber que no va a haber ningún percance relacionado con estas intolerancias o alergias alimentarias.

Ahora que ya conoces las diferencias entre intolerancia y alergia alimentaria, y sabes cuáles son los alérgenos más comunes que las provocan, estás preparado para elaborar un menú delicioso con el que satisfacer a todos tus comensales, incluso aunque alguno de ellos, las padezcan.
Disfruta del placer de ser un buen anfitrión y cuéntanos el resultado.
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