Una pizca de cáscara de naranjao aromatizante de naranja
15 hojas de melisa
2 cucharadas de queso parmesano rallado
1 pizca de nuez moscada recién molida
Sal y pimienta recién molida
ADEMÁS, SE NECESITA:
Una bandeja de horno
Papel film
Papel de horno
Mantequilla para untar
Instrucciones
Amasa la harina, la sal, la mantequilla, el huevo y el agua hasta formar una bola, úntala con aceite, envuélvela en papel film e introdúcela en el frigorífico durante 2 horas.
Para el relleno, pica la cebolla y el ajo y rehoga en aceite para cocinar. Coloca las espinacas descongeladas en un bol. Pica los tomates secos. Junta las espinacas con la cebolla, el ajo y la ricotta y mezcla bien. Añade el resto de ingredientes y remueve hasta conseguir una mezcla consistente.
Extiende la masa en un paño de cocina cubierto de harina y estira hasta darle una forma rectangular. Para esto, es recomendable deslizar las manos por debajo de la masa y estirarla desde el centro hacia afuera.
Extiende el relleno uniformemente sobre la masa. Deja un hueco de aproximadamente 2 cm en los márgenes. Dobla los bordes de la masa hacia dentro.
Retira el trapo de cocina, enrolla la masa, colócala sobre papel de horno y, después, sobre la bandeja del horno. Si fuera necesario, dale forma de U.
Para finalizar, con la ayuda de un pincel o brocha, unta con mantequilla la bandeja del horno, una vez precalentado el horno introdúcela al nivel 3, a 170-180 ºC durante 50-60 minutos utilizando la función calor arriba y abajo. Incluye un nivel alto de vapor añadido y asegúrate de tener al menos 220 ml de agua en el depósito. Esto aporta una hidratación al plato que evita que se reseque demasiado, consiguiendo un resultado perfecto.